martes, 10 de junio de 2008

EL VIOLÍN SOPORÍFERO


El violín de una banda sonora de Mark Knopfler.

Si es que no se puede ir a un concierto de violín sin haber dormido lo suficiente la noche anterior. Porque luego pasa lo que pasa. Esto ocurrió en un concierto del violinista Manuel Guillén celebrado en el Museo Arqueológico dentro del Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda.

Juro que la foto está tomada en los primeros compases del recital. Creo que cuando el violinista estaba afinando antes de empezar con la partitura, este hombre ya había dado un par de 'cabezaíllas'. Suponemos que se despertó con los aplausos del final.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Así llego yo todos los días al trabajo, llego a mi silla con los ojos cerraos y luego voy a la máquina de café con los ojos cerraos y despierto cuando me tomo el café

Un saludo cuñao. Hacía tiempo que no pasaba por aquí. Me esta gustando mucho este blog.

En lugar de un comentario he dejao un testamento.

besos

Antonio M. Medina Gómez dijo...

El aletargado señor tiene de apellido Córdoba, y es, o fue, maestro en Juan Pasquau en mi época de práctico. Todos sabemos como suena un violín y aunque te cita a la calma es un placer quedarse con todos los sentidos alerta para escuchar. Y si lo estuviera tocando mal, que no creo que sea este el caso, entonces seguro que no estaba tan aletargado el señor Córdoba.

Un saludo Sr. Román, me reconfortan los paseos por esta calle del Angel. ¿De qué barrio es dicha calle?

Alberto Román dijo...

PARA LOLA

Ya te echaba de menos.

PARA EL SR. MEDINA

En realidad, supongo que a este señor lo enganché en un momento de concentración o parpadeo prolongado. Y es que, el recital era de violín contemporáneo, y le aseguro que con los chillidos que daba el instrumento resultaba imposible conciliar el sueño.

P.D.: la Calle del Ángel es un callejoncito que hay unos metros más abajo de San Nicolás y desemboca en la calle del Trillo. Es donde quisiera vivir algún día. Tanto en esta calle virtual en forma de blog como en la verdadera, tiene usted su casa.

Saludos.