Mensaje para Roberto Carlos, autor de la canción: Bueno, vale, un gato puede estar triste, pero ¿azul?. Sólamente Doraemon es capaz.
En estos días en los que aumentan las visitas al cementerio, voy a contar una historia. Dicen que este gato de la foto deambula por el camposanto de Úbeda desde que murió su dueño, y que todos los días toma el sol sobre su lápida de mármol a la espera de sus caricias y mimos. Allí lo encontré y, lejos de asustarse, no dudó en posar mirando fijamente a la cámara.
Yo, la verdad, no creo en este tipo de historias, y opino que, simplemente, el 'gatico' anda por allí porque nadie le molesta y no corre el riesgo de que lo espanten a pedradas. En definitiva, no hay duda de que descansa en paz.
6 comentarios:
Por el color, es una gata.
Joder, gracias por la aclaración. No me lo hubiera planteado jamás.
Entonces, lo que pasa es que es una coquetona, y que está esperando a que oscurezca para ver si le sale un plan, porque ya se sabe que por la noche todos los gatos son pardos.
Saludos.
Tampoco me creo esa historia. Allí hay gatos de toda la vida de Dios, no creo que a todos les pase lo mismo.
Yo creo que los gatos van al cementerio no a llorarle a los dueños sino a darse una tripotá de ratones, que deben abundar. Vamos, supongo yo que por eso será que todos los cementerios que he visitado están llenos de gatos: o el gato es el bicho más cariñoso que existe (cosa que dudo muy mucho) o los cementerios son un cinco tenedores felino.
Saludos.
Yo ya me he hecho un plan de pensiones por mi cuenta, por si acaso. Pues creo que cuando me toque cobrar la caja va a estar vacía.
Saludos a todos.
Al parecer, la presencia de cipreses en cementerios se da para ahuyentar a ratas y ratones.
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