Uno de sus mejores temas.
Vengo 'flipao'. Me ha tocado ir a Torres, donde su hijo más ilustre, el juez Garzón, organiza unos cursos de verano. La programación formativa incluye un ciclo de actividades culturales paralelas, cuya apertura he ido a cubrir. Y la inauguración ha corrido a cargo de Javier Ruibal, nada más y nada menos.
Pocos músicos pueden presumir de hacer lo que les gusta, haciéndolo además maravillosamente, y de no tener que aguantar los inconvenientes de la fama. En un entorno encantador, Ruibal ha estado inmejorable, como siempre, acompañado de dos pedazo de músicos. Y con sus canciones nos ha hecho soñar un mundo mejor. Eso sí, quizá han sobrado un par de paisanos poco 'talentosos'.
Afortunadamente para todos los mortales, Javier Ruibal decidió un día dejar la carrera de medicina y dedicarse a la música. Así, hoy por hoy sólo receta píldoras para el alma en forma de canciones. Y por ello hoy le doy las gracias (ciertamente, desde esta noche me encuentro mucho mejor de lo mío).
Por cierto: al concierto no han asistido más de cinco cursillistas de los que se forman en estos días en Torres, y tampoco ha estado el juez Garzón, algo que hemos agradecido los presentes, pues no era el momento de ver por allí a tanto 'estirao'.
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