
Sin duda ha sido el concejal del que más se ha hablado en los últimos cuatro años en Úbeda, para bien o para mal. En las valoraciones sobre su gestión no hay término medio: o se aprueba rotundamente o se reprueba ferozmente. Los de la primera opción destacan su capacidad a la hora de manejar los asuntos. Y los de la segunda critican sus formas e imposiciones. Lo que está claro es que, de una forma o de otra, se le echará de menos, para tristeza de algunos y alegría de otros.
Juan Clemente abandona la corporación con la satisfacción del trabajo bien hecho, sobre todo en lo económico (la deuda de más de 30 millones de euros que encontró en las arcas municipales la ha dejado en 28,6). José Robles, que será el nuevo alcalde, tendrá que agradecerle que le haya dejado las cuentas claras y ordenadas. En números rojos, pero claras y ordenadas.
Hace unos días le hice una entrevista de despedida para Ideal en la que soltó alguna que otra 'perla'. Os dejo aquí algunos fragmentos, los más sabrosos. La foto también corresponde a esa entrevista. No es que Clemente se haya comprado un Ipad y lo hayan engañado. Es una calculadora gigante comprada en los chinos para la sesión de fotos. Y en la pantalla se puede ver el resultado de las cuentas del Ayuntamiento: la deuda municipal.
-¿Han merecido la pena estos cuatro años?
-Indudablemente sí.
-¿También ha merecido la pena ser el concejal más cuestionado y polémico?
-Es que eso depende de la responsabilidad. La mía es Hacienda, es decir, los cobros, los ingresos y los pagos, además del Personal del Ayuntamiento, con una plantilla que tiene muchísimo tiempo para cuestionar cualquier cosa porque hay muchísimas liberaciones sindicales, más que en ninguna otra empresa que yo conozca. También llevo los Servicios Básicos como el agua, la luz, la limpieza o el mantenimiento de las calles. Y para colmo, todo lo del área de Seguridad con la Policía Local y los Bomberos, dos colectivos muy conflictivos, menos cuando era concejal José Robles, porque les dio todo lo que querían.
-¿Cree que había que poner a cierta gente en su sitio?
-Había que ponerla y todavía hay que ponerla.
-¿Cuánto debemos?
-El remanente negativo, que es la suma de cada año que se ha ido cerrando en gastos e ingresos desde la democracia, nos lo encontramos en más de 30 millones de euros. Y lo vamos a dejar en 28,6. Pero es que, el PP lo encontró a 18 millones y lo subió a 30 en cuatro años. No obstante creo que el principal causante de tal descalabro fue el PA en Urbanismo, porque forzaba a ciertos gastos y ciertas aventuras que nos han costado y que nos seguirán costando.
-¿Qué consejo daría a quien ocupe este despacho a partir de las próximas semanas?
-Hay que aprobar unos presupuestos realistas. Y una vez que se tengan, hay que ser riguroso con los gastos y con las compras.
-Hay quien dice que usted ha gestionado el Ayuntamiento como si fuera su casa, ¿eso es bueno o es malo?
-La comparación puede estar bien, pero no es cierta, porque esto es mucho más complejo que una casa, tanto por la cantidad como por la normativa que hay que tener en cuenta. Lo que sí es verdad es que he mirado por el dinero como si fuese mío.
-¿Con quién se quedaría de la oposición?
-Como persona y amigo personal, con Juan Jurado. Aunque no comparto con él muchísimas cosas. Es un idealista que parece que no ha gobernado, y muchos de sus discursos son demagógicos. Pero es honrado. Y como competente, sabiendo de qué va esto, nadie como Luisa Leiva.
-¿Como matará el gusanillo de la política en adelante?
-La gente se cree que me voy a mi casa, y no. Si el partido ve que puedo ser su portavoz en ciertas ocasiones, pues estaré encantado. Y si me piden que colabore en algún medio de comunicación, pues también. Yo no me voy, sólo doy un paso atrás. Y seguiré estando ahí, aunque no en primera línea para que me den las tortas, que ya he recibido bastantes.
-¿Alguna vez ha tenido ganas de coger la puerta y marcharse?
-Creo que no. Lo que sí he dicho en alguna ocasión es: «como esto ocurra, me voy». Soy muy dado a eso.
-¿Qué es lo que menos le gusta de la política?
-En política y en todos los aspectos de la vida, la mentira y la traición son dos cosas que no soporto. Por eso entiendo muy bien a Juan Pizarro. Y por eso entiendo tan mal a Mendieta, porque miente mucho, y yo eso no lo tolero. Hacer demagogia hasta cierto punto es aceptable, pero mentir…
-¿Ha mentido en estos cuatro años?
-No. Alguna vez me han pedido que diga algo falso, y yo he dicho que, como mucho, no lo digo y ya está. Pero no miento.