'Embustera', de Sabina.
Sabina se despidió de su Úbeda natal (por lo menos en lo que a grandes giras y grandes conciertos se refiere), con un recital en el que 4.500 manos le dijeron adiós. A sus 61 años, el poeta que siempre quiso ser ha empezado a ganarle terreno al cantautor que siempre ha sido.
La velada fue lenta, aunque bonita, menos dada a los saltos y al desenfreno y más favorecedora de manos en la cintura de la pareja, susurros al oído y bailes abrazados restregando cebolleta. El que pudo y tuvo con quién, disfrutó seguro, pero el que no..... pues echó de menos al Sabina de 'Pacto entre caballeros' o de 'La del pirata cojo'. Tampoco era cuestión de montárselo sólo y de hacer un alarde de amor propio entre tanta gente.
Ni siquiera la euforia de la victoria futbolística (previamente el partido se retransmitió en una gran pantalla colocada en el recinto) fue capaz de mantenerse durante las dos horas y media de espectáculo (se puede ver un ejemplo en el seguidor de la selección que aparece en la foto del público). Y es que, hasta las canciones rápidas sonaban a lentas (como la ralentizada hasta la extenuación 'Embustera').
No obstante, cabe añadir que siempre es un gusto ver a Sabina, y más aún por su tierra. Aunque no hubieran estado de más 4.500 sillas.
Sabina se despidió de su Úbeda natal (por lo menos en lo que a grandes giras y grandes conciertos se refiere), con un recital en el que 4.500 manos le dijeron adiós. A sus 61 años, el poeta que siempre quiso ser ha empezado a ganarle terreno al cantautor que siempre ha sido.
La velada fue lenta, aunque bonita, menos dada a los saltos y al desenfreno y más favorecedora de manos en la cintura de la pareja, susurros al oído y bailes abrazados restregando cebolleta. El que pudo y tuvo con quién, disfrutó seguro, pero el que no..... pues echó de menos al Sabina de 'Pacto entre caballeros' o de 'La del pirata cojo'. Tampoco era cuestión de montárselo sólo y de hacer un alarde de amor propio entre tanta gente.
Ni siquiera la euforia de la victoria futbolística (previamente el partido se retransmitió en una gran pantalla colocada en el recinto) fue capaz de mantenerse durante las dos horas y media de espectáculo (se puede ver un ejemplo en el seguidor de la selección que aparece en la foto del público). Y es que, hasta las canciones rápidas sonaban a lentas (como la ralentizada hasta la extenuación 'Embustera').
No obstante, cabe añadir que siempre es un gusto ver a Sabina, y más aún por su tierra. Aunque no hubieran estado de más 4.500 sillas.
3 comentarios:
El de la "camiseta nacional" se lo estaba pasando "de cojones". Anda que ir para eso...
Saludos.
jajajaja. Yo creo que no le hacía mucha gracia salir en la foto!!!!
A ver, el concierto fue UNA MIERDA. Menos mal que ha prometido que esta es la última gira, y esperemos que este sea el último disco, porque las musas realmente lo han abandonado y con otra gira y otro disco el mito Sabina puede quedar a la altura del betún
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