'La lluvia nunca vuelve hacia arriba', de Pedro Guerra.
No es de extrañar que los vecinos de la avenida 28 de Febrero de Úbeda estén hasta los huevos (huevos pasados por agua, claro). Como en otras ocasiones, un antiguo colector que discurre bajo esta zona residencial reventó y el agua inundó varios patios, llegando a más de un metro de altura, también en el interior de las casas. Debido al empuje, además se vino abajo el muro que separaba las dos viviendas más afectadas, quedando todo plagado de escombros. Los daños materiales son cuantiosos.
Viendo la foto del interior del lavadero se puede comprobar la altura que alcanzó el agua. Bueno, en realidad eran aguas fecales (con su peste y todo), barro (más que en la cantina de Paco Tito) y residuos de cierto matadero (os juro que una vez sacada y secada el agua estaba todo lleno de plumas).
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